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Otra alerta de la ONU sobre la inminencia de una hambruna generalizada en el Cuerno de África (y van)

No mires arriba

El cambio climático está en el origen de una de las sequías más graves que haya enfrentado en décadas el Cuerno de África, una de las regiones más pobres del planeta.

Daniel Gatti

29 | 04 | 2022


Imagen: Allan McDonald | Rel UITA

Un informe de Naciones Unidas difundido esta semana señala que cerca de dos millones de niños corren el riesgo de morir de hambre sobre todo en Kenia, Etiopía y Somalia, países donde hace una década murieron cientos de miles de personas por una hambruna originada también en una sequía.

Las condiciones actuales son aún peores que entonces, las peores en cuarenta años, porque el cambio climático se ha acentuado y ha empeorado el acceso a los alimentos.

Ya hay 15 millones de personas en situación de insuficiencia alimentaria aguda en el área y se perdieron tres millones de animales, muertos de sed y hambre. La emergencia podría extenderse a otros 14 millones de personas en poco tiempo.

Martin Griffiths, responsable de ayuda de la ONU, dijo el martes en Suiza que de los 1.400 millones de dólares pedidos por Naciones Unidas para atender la urgencia alimentaria en la zona solo se reunió “una parte”.

Lo dijo en una reunión de donantes que por supuesto se realizó a puertas cerradas.

“La dura verdad que debemos reconocer hoy es que nos encontramos de nuevo en una carrera contra el tiempo para evitar la pérdida de vidas a gran escala en 2022, y no disponemos de los recursos necesarios para ello. Hay vidas que literalmente penden de un hilo”, denunció el funcionario.

Entre los donantes están, obviamente, los países que más dinero gastan en defensa y armamento.

A cada conferencia o reunión de la ONU sobre inseguridad alimentaria se reiteran las mismas escenas: se necesita equis dinero para paliar tal urgencia; se recauda muchísimo menos de lo requerido; a veces se discute sobre las causas del drama, pero las soluciones se postergan porque implican un cambio tan radical que muy pocos –o casi ninguno– están dispuestos a llevarlo a cabo.

Un sistema que se come la cola

Cada informe del panel de expertos sobre cambio climático de Naciones Unidas es más alarmante que el precedente: los científicos reclaman medidas concretas para frenar el calentamiento de la tierra y prevenir la acentuación de las olas de calor, precipitaciones extremas y sequías que ya se están registrando.

La guerra en Ucrania, esa guerra desatada entre otras causas por el control de los recursos energéticos, ha llevado por ejemplo a la Unión Europea, tan pletórica en discursos sobre la “crisis ambiental” o la “crisis alimentaria”, y a Estados Unidos a reactivar la industria del carbón, una de las más contaminantes y generadoras de gases de efecto invernadero.

Como en la película “No mires arriba”, a los principales responsables de la contaminación el meteorito se les viene encima y nada hacen para detenerlo.

Siguen en sus trece, reproduciendo las mismas condiciones que llevaron al desastre, abundando en los subterfugios y las medias tintas y tirando la pelota para adelante. Así nos va.