“No pueden engañarnos con cantos de sirenas porque el pueblo hondureño ya despertó, porque este pueblo ya decidió. No vamos a permitir que nuevamente nos quieran arrebatar el poder legislativo”, dijo Xiomara Castro.
La presidenta, que tomará posesión de su cargo el próximo 27 de enero, ganó las elecciones con casi 1.8 millones de votos. Un verdadero plebiscito popular en contra de los dos partidos tradicionales (liberal y nacional), los poderes fácticos que mantienen secuestrado al país y de los gobiernos continuadores del golpe de 2009.
Un voto popular en contra también de un modelo político y económico neoliberal que ha sumado a miles de familias en la pobreza y la desesperación, que ha acaparado tierras y puesto en venta el territorio nacional, que ha saqueado bienes comunes y las arcas del estado, y que ha arrasado con la institucionalidad, la democracia, los derechos humanos.
Ante el entusiasmo de la población y la esperanza de que una nueva Honduras es posible, se desarrollaron incesantes reuniones de las mesas instaladas por la Comisión de Transición del nuevo gobierno con los diferentes sectores de la sociedad.
El objetivo es recoger, sistematizar y buscar las herramientas necesarias para dar respuesta a las tantas demandas del pueblo, que anhela una ruptura con el pasado.
Derrotados en las urnas, el régimen y sus aliados han encontrado el camino para mantener cuotas de poder y asegurar privilegios a través de la compra de voluntades y votos. La decisión de los diputados Jorge Calix y Beatriz Valle de encabezar la intentona para elegirse como directivos de la nueva junta debe ser considerada como un “golpe parlamentario”.
Ante esta situación, tanto la Comisión de Transición como diferentes organizaciones del movimiento social y popular, entre otras la Convergencia contra el Continuismo, repudiaron “el golpe”, afianzaron el apoyo a la presidenta Castro e hicieron un llamado a la población para que se sume a las medidas de presión y protesta en contra de este nuevo ataque a la democracia y en defensa de la voluntad popular expresada en las urnas.
“Vamos a demostrarles –enfatizó Xiomara– que ahora el pueblo quiere una política decente, que vamos a luchar para alcanzar el respeto a las grandes mayorías. Nadie que haya caminado a la par del pueblo, que sienta el dolor del pueblo, nadie que haya sentido esa sangre que se ha derramado en nuestro país, puede unirse con dictadores”.
Concluyendo su discurso en víspera de la nueva sesión parlamentaria de este domingo, donde fue refrendado ese golpe en contra de la voluntad popular y la democracia, Xiomara Castro ratificó su compromiso con la refundación de Honduras.
Paralelamente, diputados de Libre y Partido Salvador de Honduras (PSH) nombraron otra junta directiva en respeto de los acuerdos alcanzados en la alianza política que triunfó en las pasadas elecciones. La presidenta electa aseguró que sólo reconocerá dicha autoridad.
“Hoy les digo que no voy a defraudarles, hay mucho por hacer, pero hoy estamos comenzando y vamos a avanzar con paso firme para tener una democracia de verdad.
Unidos, unidos, pueblo venceremos”, concluyó la presidenta electa.