Tras el fallo de la Corte IDH
El 3 de octubre la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) condenó al Estado de Honduras por los crímenes cometidos contra Herminio Deras y su familia. El Estado aceptó completa su responsabilidad por estos hechos. Ahora toca cumplir esa sentencia. La Rel reproduce a continuación un comunicado conjunto de la UITA, la COFADEH y la FIDH referido a este tema.
Defensores en línea
07 | 10 | 2022
“Valoramos la decisión de la Corte Interamericana en reconocer las violaciones de derechos humanos contra Herminio y nuestra familia. Con la sentencia inicia nuestro camino hacia la reparación, pero nunca habrá reparación total mientras la justicia no sea accesible para todos y todas”, reafirma la familia Deras.
Después del asesinato del líder comunista Herminio Deras en 1983, el Estado de Honduras persiguió a su familia por más de 30 años. Se dice fácil, ¿verdad? Pero eso destruye vidas, eso son los crímenes de lesa humanidad, y por eso son imprescriptibles.
La estructura criminal del batallón de la muerte 3-16, formada y entrenada por Estados Unidos en el seno de sus fuerzas armadas locales, violó en la humanidad de Herminio sus derechos a la vida, la integridad personal, la libertad de pensamiento y de expresión, la libertad de asociación y sus derechos políticos, incluido ser sindicalista y dirigente del Partido Comunista de Honduras.
Esta estructura violó en nombre del Estado los derechos a la integridad y la libertad personales, las garantías judiciales, la protección a la honra, la dignidad y la vida privada, la protección de la familia, los derechos del niño, la propiedad privada, y la protección judicial.
El núcleo de 17 miembros de la familia Deras García, algunos de los cuales eran niños y niñas al momento en que ocurrieron los hechos, sufrió la violación del derecho de circulación y residencia. Sufrieron persecuciones, detenciones arbitrarias, torturas, exilio forzado, entre otros actos violatorios por más de 30 años.
El Estado hondureño aceptó toda la sentencia, lo que constituye por sí mismo una forma de reparación. Adicionalmente, la Corte ordena al Estado investigar, identificar, juzgar y, en su caso, sancionar a todos los responsables de la ejecución extrajudicial del señor Herminio Deras García (R.C.N. y A.R.H.S.) y a todos los responsables de las demás violaciones de derechos humanos declaradas en la sentencia.
El Tribunal ordena también cerrar los expedientes policiales abiertos en contra de los familiares de Deras García; brindar el tratamiento médico, psicológico y/o psiquiátrico que requieran las víctimas; y publicar el resumen oficial de la Sentencia en el Diario Oficial y en dos diarios de amplia circulación nacional, así como la Sentencia en su integridad, en los sitios web oficiales del Poder Judicial, Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, Procuraduría General de la República, Secretaría de Defensa Nacional, Secretaría de Seguridad, Ministerio Público y la Secretaría de Derechos Humanos.
También ordena realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional en relación con los hechos del presente caso; construir un mausoleo en la tumba de Herminio Deras García; diseñar y ejecutar una política nacional de memoria histórica; adecuar el Código Penal vigente; crear e implementar una política de preservación de archivos y sitios sobre las violaciones de derechos humanos cometidas entre los años ochenta y el presente; incorporar en el currículo educativo de la educación primaria y secundaria “la historia de los períodos de violencia”; y pagar las cantidades fijadas en la sentencia por concepto de daño material, inmaterial, costas y gastos.
Ocuparse en público sólo de la última línea de las medidas reparatorias de esta sentencia sería exhibir otra vez el comportamiento culpable de los agentes de la Doctrina de Seguridad Nacional impuesta por el Pentágono y su embajada en 1980.
Los voceros y los adeptos que levanten aquel supremacismo fascista anticomunista inyectado al Estado de Honduras provocarían lamentablemente una nueva injerencia nefasta en la vida emocional de las víctimas.
Cambiemos de actitud. Dejemos que las víctimas recuperen sus vidas en paz y que el Estado reivindique su propia personalidad ética degradada por los desastres provocados contra la persona humana, que es su fin superior. La sociedad hondureña merece curar sus heridas con justicia.
La sentencia abre un importante camino de diálogo con el actual gobierno de Honduras, el cual reconoció su plena responsabilidad por los hechos ocurridos.
La familia Deras y sus representantes esperan que el gobierno dé pronta implementación a las reparaciones dictadas en la sentencia, y continúe avanzando en la protección y defensa de los derechos humanos de todo el pueblo hondureño.