El 2019 ha sido uno de los años más nefastos para las personas LGBTI en Honduras.
El Observatorio de la Red Lésbica Cattrachas1 tiene registrado 40 asesinatos, la cantidad anual más alta de las registradas en la última década.
Desde el golpe de estado del 2009 a la fecha son 350 las personas LGBTI víctimas de muerte violenta.
De todos estos casos, 64 fueron judicializados, pero solamente 28 llegaron a una sentencia condenatoria, es decir menos del 7 por ciento.
“Ha habido un fuerte repunte de la violencia contra las personas LGBTI. Esto se debe principalmente al grave contexto de impunidad y al discurso de odio promovido por el fundamentalismo religioso”, dijo a La Rel, Nahil Zerón, encargada del Observatorio.
“Hay toda una campaña en los medios de comunicación que profundiza este odio en la sociedad. En julio del año pasado asesinaron a 6 personas LGBTI en tan sólo una semana”, agregó.
Zerón evidenció también que las víctimas ya no son en su mayoría trabajadoras sexuales trans, sino también personas que se han deslindado de este trabajo y ejercen otra actividad económica.
“Hay un cambio en los patrones y es el resultado de una sociedad llena de prejuicios, discriminación y exclusión, que crea las condiciones para que se desate la violencia letal contra la diversidad sexual”, lamentó la activista.
El Estado de Honduras tiene su cuota de responsabilidad.
“Al no reconocer nuestros derechos y nuestras identidades, al excluirnos del acceso a la salud y la educación, el Estado se vuelve responsable por lo que nos está pasando”, manifestó Zerón.
Astrid Ramos integra el equipo legal de Cattrachas.
La abogada lamenta que todavía el Estado de Honduras no cuenta con un registro oficial de muertes violentas LGBTI.
Al final es la misma Red Cattrachas, desde su observación heurística, a brindar estos datos a las instancias encargadas de investigar los delitos.
Tampoco hay personal suficientemente capacitado para llevar a cabo dichas investigaciones.
“¿Cómo puede el Estado investigar apropiadamente los casos en estas condiciones? Esto es clave para entender el porqué de los altos índices de impunidad”, dijo Ramos.
Varios son los temas que siguen siendo tabú en el país.
Honduras sigue prohibiendo el matrimonio entre personas del mismo sexo, la adopción y las visitas íntimas en los centros penitenciarios nacionales.
“Tampoco se permite a las personas LGBTI donar sangre, reforzando de esta manera el estigma de que son portadoras de enfermedades de transmisión sexual.
Ni siquiera pueden cambiar nombre basado en la identidad de género”, explicó la abogada.
Ante esta situación, la Red Lésbica Cattrachas ha interpuesto recursos legales y solicitudes ante diferentes instancias estatales. Algunos casos ya han llegado a instancias internacionales.
“Tenemos tres casos en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y dos en la CorteIDH con muy buenas posibilidades de avanzar en el proceso”, concluyó Ramos.
Fotos: Cattrachas
En Tegucigalpa, Giorgio Trucchi | Rel UITA