Destruir derechos
Acabar con el derecho a la jornada de 8 horas es la consigna. Nunca más una legislación laboral que se interponga ante nuestros negocios, dicen los empresarios costarricenses.
Frank Ulloa
31 | 05 | 2023
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Foto: Gerardo Iglesias
“Mientras tanto, por los abismos
azucarados de los puertos,
caían indios sepultados
en el vapor de la mañana:
un cuerpo rueda, una cosa
sin nombre, un número caído,
un racimo de fruta muerta
derramada en el pudridero”.
La United Fruit Company
(Pablo Neruda)
El proyecto de reforma de los artículos 136, 142, 144 y 145 del Código de Trabajo ha generado una ola de protesta en todo el país y la solidaridad internacional de las organizaciones afiliadas a Rel UITA, que acompaña esta pelea por la dignidad de los trabajadores y trabajadoras costarricenses.
Este país padece desde hace varias décadas graves problemas de cumplimiento de las leyes por el desgaste de la institucionalidad laboral.
Esto debía haber obligado al Estado a generar reformas para mejorar el cumplimiento de las leyes y la inspección de trabajo, particularmente en materia de libertad de asociación y cumplimiento de normas relativas a jornadas, salarios mínimos, donde son reiteradas las denuncias de los sindicatos. Pero nada de esto ha sucedido, es más, la desidia del Estado es total.
Cuando vamos a las zonas bananeras y piñeras encontramos amplias extensiones de tierra donde mandan las empresas extranjeras. En el “pudridero” de las transnacionales las aguas de las comunidades están contaminadas por agrotóxicos regados, una y otra vez para “proteger” las frutas, que son siempre más importantes que las personas.
En las casas deterioradas de las empresas −“barracas” o “bauches”− habitan los apátridas nicas y costarricenses. Los olvidados que yacen allí en lúgubres piezas corroídas por la suciedad y el abandono eterno.
En los campos, mujeres y hombres trabajan bajo el sol inclemente a cambio de salarios miserables convenidos por destajo o rendimiento, donde la salud se derrite y el cuerpo se rebela.
Desde el gobierno se presenta la reforma para estimular la inversión extranjera, mediante la precarización al límite de las condiciones de trabajo. ¿Qué pasará en el campo donde los asalariados rurales se encuentran en situaciones análogas a la esclavitud?
Los avances democráticos del país en la segunda mitad del siglo pasado han quedado atrás; se anuncia la muerte de los últimos rescoldos de democracia y de derechos humanos.
La reforma laboral actúa decididamente en esa misma dirección.