Todo esto forma parte de una investigación conjunta de Reporter Brasil y Unearthed, una publicación de la ONG Greenpeace.

Según el informe, entre 2018 y 2022 la transnacional adquirió 8.785 cabezas de ganado a tres establecimientos de Rondonia que son propiedad de Chaules Volban Possebon, un empresario condenado a 99 años de prisión por múltiples delitos (entre ellos la desforestación ilegal de la Amazonia), pero que desde la cárcel sigue dirigiendo las operaciones de su grupo.

JBS acabó reconociendo la veracidad de las denuncias periodísticas, así como la participación de directivos de Friboi (una compañía frigorífica que le pertenece) en el esquema, pero dijo que todo se hizo mediante triquiñuelas, burlando los sistemas de control y transparencia de la empresa.

Creer o reventar: no es la primera vez, ni mucho menos, que esta mega corporación se ve envuelta en los mismos entuertos. Y no es la única: también Minerva ha sido acusada de comprar durante muchos años ganado criado en predios ilegales de la Amazonia. En numerosos casos, al grupo de Possebon, del cual llegó a ser una de las mayores fuentes de ingresos.

El Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Ibama) responsabiliza a Possebon de haber destruido 2.600 hectáreas de selva en Rio Preto hace 15 años y lo ha conminado a reforestarlas, mientras el Ministerio Público de Rondonia lo denunció por haber quemado tierras en la misma zona que estaban destinadas al Instituto de Colonización y Reforma Agraria.

Pero el grupo ha seguido lo más campante.