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Con Leomar Daroncho
Avanza peligrosamente el PL del Veneno

Brasil abre la tranquera
a los agrotóxicos

El Proyecto de Ley 6299/2002, conocido como PL del Veneno, que flexibiliza el uso y la comercialización de agrotóxicos, fue aprobado en una sesión urgente de la Cámara de Diputados en febrero de este año.

Amalia Antúnez

14 | 06 | 2022


Imagen : Allan McDonald Rel UITA

En manos del Senado, cuyo presidente Rodrigo Pacheco había prometido en un acto público analizarlo de manera más exhaustiva, el proyecto parece que irá a pasar por un tubo.

La creciente posibilidad de que se apruebe volvió a encender las alarmas de la comunidad científica, la academia y también de los trabajadores y las trabajadoras que ven en esta ley un gran retroceso.

Acerca de esto conversamos con el procurador del Ministerio Público del Trabajo (MPT), Leomar Daroncho, integrante del Foro Nacional de combate al impacto del uso de agrotóxicos.

“Este proyecto llegó oficialmente al Senado el 1 de junio, donde comenzó a ser tramitado con un nuevo número (PL 1459/2022) y al contrario de lo prometido por Pacheco será analizado solamente por la Comisión de Agricultura y Reforma Agraria (CRA), fuertemente vinculada a los sectores del agronegocio”, explicó Daroncho.

Para el experto procurador del MPT, la presión de las corporaciones que venden estos insumos para el agro es la clave de que este proyecto de ley no sea analizado con el rigor que debería.

Hay que señalar enfáticamente que esta propuesta defiende los intereses únicamente de la industria química, no de los agricultores. De hecho, la gran mayoría de los productores agrícolas tienen dificultades para acceder a estos insumos pues su costo ya es altísimo, lo que ha venido generando también el crecimiento del contrabando de sustancias agroquímicas. Algo muy peligroso”, subrayó.

Nocivo por donde se lo mire

Para Daroncho el proyecto no solo agrava el abusivo uso de agrotóxicos, con las consecuencias que eso tiene para la salud de trabajadores, productores y consumidores, sino que pone a Brasil en desventaja a la hora de comercializar sus productos agrícolas.

“Tal como se presenta este proyecto, que busca abrir las porteras para el uso y comercialización de sustancias prohibidas en sus países de origen, también deja mal parada a la producción agrícola, que ciertamente encontrará barreras en los principales mercados del mundo como Europa y Estados Unidos donde se exigen ciertos estándares en ese sentido”, dijo.

El problema es mayúsculo porque el uso indiscriminado de los agrotóxicos no es fácil de frenar en la práctica.

“Existen inúmeros casos de plantaciones contaminadas por la deriva de los agrotóxicos, que permanecen en el aire, en el agua y en la tierra durante mucho tiempo después de ser esparcidos y que dañan siembras orgánicas además de matar abejas por doquier y enfermar personas”, lamentó Daroncho.

De tanto en tanto nuevas investigaciones vuelven a relacionar el uso de los agrotóxicos con enfermedades como cáncer, esterilidad y malformación fetal, además de depresión y suicidio.

El Foro trabaja conjuntamente con organizaciones que investigan científicamente la correlación entre el uso de agroquímicos y algunas enfermedades”, apunta.

Enfermedades crónicas

Según el experto, la mayoría de las consecuencias del consumo o exposición a estos venenos no se manifiestan de inmediato. Se dan en forma de enfermedades crónicas a lo largo del tiempo, lo que dificulta el análisis de datos estadísticos sobre el tema.

En lo que respecta a las inspecciones en el sector rural, especialmente aquellas de rescate de trabajo esclavo, se puede ver también una serie de irregularidades con relación al uso de agrotóxicos”, señaló el procurador.

Se ha constatado “falta de equipos de protección adecuados e inclusive anomalías en el almacenamiento, sumado al uso de productos clandestinos que entran al país como contrabando y agravan la situación de trabajadores y trabajadoras”.

Entre los cambios absurdos propuestos por el proyecto está el de cómo llamar a estos venenos: en vez de denominarlos agrotóxicos, se refieren a ellos como productos fitosanitarios.

Este cambio de nomenclatura viene a ser algo como ponerle el cartel de sal al azucarero y esperar que por ello las hormigas no perciban la diferencia entre ambos”, ironizó Daroncho.

Y advirtió que si se modifica la legislación actual, que es, dentro de todo, razonable, “las consecuencias potenciales serán catastróficas”.