Los detalles del caso fueron comunicados el martes en Montevideo por el periodista Walter Pernas, que condujo la investigación llevada cabo por la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) de Uruguay, y por Eduardo Pedreira, uno de los hijos de la víctima, en una conferencia de prensa.

Lo que revelaron deja una vez más al desnudo los horrores de las dictaduras rioplatenses.

Pedreira Brum era un trabajador sumamente humilde originario del departamento de Maldonado —fue fletero, pescador, vendedor de frutas—, que en 1974, un año después del golpe de Estado en Uruguay, decidió irse con su familia a Argentina (primero se instalaron en Entre Ríos, luego en Buenos Aires), por causas políticas pero también económicas.

“No podíamos sobrevivir”, dijo emocionado Eduardo, que hoy tiene 74 años.

De familia comunista, Jorge Pedreira también se había integrado al partido, pero en Argentina, a pesar de mantener contacto con camaradas, no tuvo una militancia activa.

Cuando una noche de comienzos de junio de 1978, después de acompañar a un amigo a la estación de tren de la ciudad bonaerense de Merlo, su padre no volvió a casa, relató su hijo, todos en la familia pensaron que se había perdido, porque Jorge, por entonces, estaba muy caído y depresivo.

“El que no estaba en el tema no sabía lo que estaba pasando. Nunca pensamos que tendría este desenlace”.

“Papá salió de mi casa, yo estaba trabajando en el centro, y esa noche no volvió. Cuando llegué me encontré que no estaba, hacía un frío impresionante en pleno junio. A la mañana siguiente recorrí en bicicleta los alrededores”, dijo en la sede de la Asociación de la Prensa Uruguaya.

La INDDHH pudo establecer que Pedreira Brum fue en realidad secuestrado, torturado y asesinado de un balazo en la cabeza y enterrado como NN el 21 de junio de 1978 en el sector “Tierra gratuita” del cementerio de Grand Bourg, en la periferia de la capital argentina.

“La Policía intentó certificar la muerte dos veces” y le comunicó a su familia que Pedreira había muerto en un accidente de trenes (primero les dijeron que había sido el 6 de junio y luego el 8), pero la investigación determinó que ningún accidente ferroviario tuvo lugar en la zona y en el período en que supuestamente se había producido, según contó Pernas.

Las pacientes pesquisas de los investigadores llevaron a saber que el uruguayo había sido enterrado en la sepultura 6 junto a otras cuatro personas, y que su cuerpo presentaba politraumatismos y un orificio de bala en la cabeza.

En 1984, un año después de concluida la dictadura argentina, las autoridades del momento decidieron exhumar los cuerpos enterrados como NN en Gran Bourg.

Había allí restos de 120 personas. Los de Pedreira estaban en una bolsa negra identificada con el número 24, pero los huesos fueron manipulados con impericia y en 1987 la justicia dispuso nuevamente sepultarlos, todos mezclados.

De los 120, solo nueve pudieron ser identificados. Eduardo Pedreira dijo que se trataría en buena parte de personas que tenían entre 21 y 25 años.