El día de la Memoria encuentra a la sociedad argentina en cumplimiento de una cuarentena obligatoria, ante el pedido de autoridades de la salud de todo el mundo de que la gente permanezca en sus casas.
A las personas que acostumbran a sentir en el calor de la multitud el abrazo memorioso de quienes mantienen vivas las banderas de Memoria, Verdad y Justicia, les resultará difícil no movilizarse. No obstante, dadas las circunstancias que se atraviesan ante el avance de la pandemia Covid-19, este #MesDeLaMemoria organismos de Derechos Humanos hacen un llamado a construir memoria colectiva desde nuestros hogares.
Atilra se suma a la propuesta de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo y por ello #ConstruimosMemoria con #Los30MilEnCasa.
Ahora bien. ¿Qué significa construir memoria? Construir memoria es nada más y nada menos que construir identidad, la nuestra, la de todas y todos. El modo en que hacemos uso de la memoria de sucesos trágicos que involucran un masivo uso de la violencia por parte del Estado, adopta una especial y fundamental trascendencia en los procesos de construcción de las identidades colectivas.
La dictadura autodenominada «Proceso de reorganización nacional», el golpe cívico-militar que se impuso el 24 de marzo de 1976 en la Argentina, escribió las páginas más trágicas de nuestra historia, atentando contra el derecho a la identidad no sólo de las víctimas directas del exterminio sino de sus hijas e hijos y del pueblo argentino en su conjunto.
Una vez en el poder, los ejecutores del golpe pusieron en marcha un proyecto social y político de reorganización de las relaciones sociales. La desaparición forzada de personas, militantes políticos, sindicalistas y estudiantes fue el rostro más descarnado de este plan sistemático. Se trataba, nada más y nada menos, que del Estado y de toda su burocracia puesta al servicio de un exterminio masivo.
Este plan fue parte de una búsqueda cuyo fin era desarticular la trama cultural y organizacional de la sociedad, rompiendo los lazos sociales no sólo con la finalidad de implantar un modelo económico de redistribución regresiva del ingreso, sino también de romper y crear nuevos modelos identitarios.
Que los delitos cometidos por los genocidas sean calificados como de lesa humanidad supone que a partir de sus actos no fueron solamente lesionados los derechos individuales de las víctimas directas, sino los del colectivo, los del grupo nacional en su totalidad.
Al mecanismo de la desaparición forzada de personas en centros clandestinos de detención lo complementó un plan económico tendiente a la destrucción del entramado productivo y de los lazos de solidaridad social.
El ritmo de endeudamiento y de desindustrialización de aquellos años condicionó al devenir del país por mucho tiempo: el gobierno dictatorial minimizó controles sobre la actividad financiera y sobre los flujos de capitales al exterior.
Aquellos años de plata dulce y de euforia financiera, sintetizados en la frase «achicar el Estado es agrandar la Nación», supusieron un ejercicio del poder a través del mercado que modificó las relaciones sociales vigentes. Lo que se buscaba con la desaparición forzada de personas era acallar e inmovilizar a los vivos, evitar cualquier forma de protesta, el silenciamiento de cualquier oposición.
Esta estrategia de mutación de la estructura social a partir del terror, de reconversión del aparato productivo privilegiándose el interés financiero, de fragmentación popular, de desindustrialización que redujo puestos y precarizó el trabajo, de clausura a la libertad sindical que bloqueó sus formas de expresión institucional y política, apuntaba a convertir la solidaridad en individualismo y la cooperación en competencia.
Hombres y mujeres fueron atacados en su vida, su libertad, sus ingresos, sus condiciones de trabajo, su capacidad de acción política y las bases sociales de sustentación de su propia identidad.
#ConstruirMemoria es aunar esfuerzos para que situaciones como éstas no se repitan y es seguir exigiendo Memoria, Verdad y Justicia para los 30.000 desaparecidos, la restitución de la identidad de los nietos que faltan, la asignación necesaria de fondos a organismos de Derechos Humanos y la defensa a ultranza del Estado de Derecho.
Solo por hoy, en consonancia con el pedido de organismos de derechos humanos de la República Argentina, construimos memoria desde casa. Para sumarte, subí a tus redes sociales tu foto, texto, canción, video o reflexión sobre cómo llevás adelante esta fecha, utilizando cualquiera de los hashtags propuestos: #ConstruimosMemoria, #MesDeLaMemoria, #Los30MilEnCasa.
Atilra, en compromiso inquebrantable con los 30.000 desaparecidos de la última dictadura cívico-militar.