América Latina | 8M | MUJER

Todavía no podemos celebrar, seguimos luchando

Una desigualdad que persiste

En el siglo XXI se ha logrado avanzar en diferentes campos: ciencia, tecnología, genética, y mucho más. Sin embargo, todavía persiste la desigualdad económica y laboral para las mujeres.

Amalia Antúnez

08 | 03 | 2023


Imagen: Allan McDonald

América Latina y el Caribe son regiones del globo donde esta falta de igualdad se manifiesta en datos bien claros.

Según la CEPAL, en promedio en la región, el 28,6 por ciento de las mujeres no tienen ingresos propios. Esta cifra es mucho mayor en países como Guatemala (51 por ciento), Honduras (43,5), El Salvador (39,3) o Costa Rica 35,8). En cambio, no sucede así entre los hombres: el promedio para ellos es del 10,4 por ciento.

La pandemia de Covid 19 aumentó la brecha. En 2020 la tasa de participación laboral femenina cayó hasta el 46 por ciento, mientras que la de los hombres estaba en un 69.

De estos datos se deduce además que son las mujeres las que cargan con las tareas del hogar y domésticas, tanto para aquellas que cuentan con ingresos propios como las que no.

Pobreza y violencia

También son las mujeres las más perjudicadas por la falta de recursos económicos y materiales.

En América Latina y el Caribe se calcula que 118 millones de mujeres viven en situación de pobreza. Además, como señala la ONU, en esta región por cada 100 hombres, hay 124 mujeres viviendo en la extrema pobreza.

La violencia, en todas sus formas, es otro de los factores que afectan directamente en el desarrollo de la población femenina.

Actualmente, en América Latina y el Caribe se encuentran 14 de los 25 países con las tasas más altas de feminicidios del mundo calculando cada 100 mil habitantes: Honduras (4,7), República Dominicana (2,4) El Salvador (2,1), Bolivia (2,0) y Brasil (1,6).

Más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas cada hora por alguien de su propia familia en 2021, según un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

De acuerdo con el estudio, de las 81.000 mujeres y niñas asesinadas ese año, 45.000 (alrededor del 56 por ciento) murieron a manos de sus parejas u otros familiares, es decir, cinco de cada diez.

Por otra parte, América Latina y el Caribe es la tercera región del mundo, por detrás de África subsahariana y Asia meridional, donde los matrimonios infantiles no han disminuido en los últimos 25 años.

América Latina ocupa también el segundo lugar del mundo en número de embarazos adolescentes, solo por debajo de África subsahariana, según indicadores de la ONU y la CEPAL.

En general, los países latinoamericanos y caribeños poseen una tasa de maternidad en adolescentes por encima del 12 por ciento entre mujeres de 15 a 19 años, dato que tiende a ser más expresivo en el grupo de adolescentes de menores ingresos y menor nivel educativo.

Derechos reproductivos

Las políticas y prohibiciones alrededor del aborto en América Latina son muy diversas. Mientras que algunos países lo prohíben de forma completa, otros han dado pasos para despenalizar esta práctica en sus territorios.

El 12 por ciento de las mujeres y niñas de 15 a 49 años de edad que han sido víctimas de violencia física y 1 de 4 niñas en la región se casa o entra en unión temprana antes de los 18 años.

Participación e inclusión

En lo que respecta al ejercicio del poder y la toma de decisiones, la participación de las mujeres sigue siendo limitada.

Aunque el derecho al voto universal lleva instaurado en América Latina y el Caribe desde los años 50, las mujeres no han terminado de consolidar su inclusión dentro de la política más activa.

Así, en lo que se refiere al ámbito parlamentario, aunque la presencia de mujeres se duplicó entre 2002 y 2019, con un incremento del 15 al 31 por ciento, este porcentaje sigue estando muy bajo.

Sindicalismo e inclusión

El Comité Latinoamericano de Mujeres de la UITA (Clamu) viene desarrollando junto a las afiliadas de la Regional espacios para la participación activa de las mujeres trabajadoras en los ámbitos de decisión dentro de los sindicatos.

A paso lento pero seguro, y en una labor colectiva que cobra fuerza año tras año, las mujeres dirigentes sindicales y trabajadoras promueven talleres y seminarios de formación en el área de derechos laborales y para la prevención y eliminación de la violencia en los ámbitos de trabajo que van dando sus frutos.

Como lo exponen los datos arriba mencionados, la desigualdad entre géneros continúa, y el ámbito sindical no es ajeno a ella.

Siguen siendo muchas las barreras contra las que se choca, pero eso, antes que disminuir sus fuerzas, las desafía a seguir avanzando.

Este 8M las organizaciones obreras convocan a un Paro Internacional de Mujeres que tiene como objetivo principal demostrar la importancia de la mano de obra femenina en el mundo.

Las mujeres del Clamu estaremos movilizadas en todos los países donde hay representación porque todavía no podemos celebrar, seguimos luchando con la convicción de que somos parte del cambio que necesita la humanidad para un mundo más justo, más inclusivo y menos desigual.