25 de noviembre: Día Internacional por la Eliminación de la Violencia hacia la Mujer
El continente llega a este nuevo 25 de noviembre con cifras aterradoras y con un panorama desalentador desde los gobiernos con respecto al desarrollo de políticas de prevención.
Amalia Antúnez
25 | 11 | 2022
Imagen: Carton Club
Más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas cada hora por alguien de su propia familia en 2021, según un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De acuerdo con el estudio, de las 81.000 mujeres y niñas asesinadas el año pasado, 45.000 (alrededor del 56 por ciento) murieron a manos de sus parejas u otros familiares, es decir, cinco de cada diez.
Asimismo, las cifras muestran que el número total de femicidios se ha mantenido prácticamente sin cambios en la última década, lo que subraya la urgencia de una acción más fuerte en materia de prevención y respuesta.
El informe de ONU Mujeres señala que, aunque estos números son alarmantes, la verdadera escala del femicidio puede ser mucho mayor. Dadas las incoherencias en las definiciones y criterios entre los países, aún no se contabilizan demasiadas víctimas de femicidio.
No se cuenta con suficiente información sobre alrededor de cuatro de cada diez mujeres y niñas asesinadas intencionalmente en 2021 para identificar los casos como femicidios, en especial, sobre los homicidios que ocurren en la esfera pública.
En Argentina, en los últimos diez años, el total de mujeres asesinadas nunca ha descendido de 250. En 2021 hubo 251 feminicidios, uno cada 35 horas en promedio, según el registro de la Corte Suprema de Justicia.
En el 88 por ciento de los casos, la víctima conocía al feminicida, y en el 39 convivía con él. Seis de cada diez eran su pareja o expareja.
En México, cada día son asesinadas 11 mujeres y el 95 por ciento de los delitos no se resuelve. De las casi 4.000 muertes violentas de mujeres que hubo en el país durante 2021, según datos oficiales, solo alrededor de 1.000 fueron investigadas como un delito de feminicidio y menos del 2% acaban frente a un juez.
El año pasado, 1.341 brasileñas fueron asesinadas por ser mujeres. La cifra recopilada por el Anuario del Forum Brasileño de Seguridad Pública supone una caída mínima tras años de curva ascendente.
Sin embargo, como en otras regiones existe falta de tipificación de estos asesinatos y en el caso de Brasil se vislumbra la disparidad regional con la que se aborda la violencia contra las mujeres.
Un tercio de los asesinatos de brasileñas son tipificados como feminicidio a nivel nacional, pero oscila entre el 58 por ciento del Distrito Federal al 9 por ciento en el Estado de Ceará.
En Chile se registran 45 feminicidios este 2022 y cuatro suicidios de mujeres que tras denunciar múltiples violencias y no recibir apoyo de las autoridades, acabaron por quitarse la vida, de acuerdo a la contabilización exhaustiva que lleva la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres. Las víctimas tenían distintas edades, desde los 17 a los 63 años.
Ecuador registra su año más violento contra las mujeres: 345 asesinadas entre enero y noviembre, una por día en promedio.
Los femicidios y muertes violentas contra mujeres son los más altos desde que Ecuador empezó a registrarlos oficialmente en 2014: desde entonces ya son 1.639, de los cuales solo el 42 por ciento ha recibido algún tipo de sentencia.
En Colombia la Fiscalía ha registrado 180 feminicidios durante este año, pero los colectivos feministas manejan cifras que doblan la oficial. Según el colectivo feminista Casa de la Mujer, han sido al menos 500 en este 2022.
Uruguay registra 28 femicidios en lo que va de 2022, tres más que en todo el año anterior.
El promedio de denuncias se mantiene, los femicidios aumentan, la violencia empezó a adoptar formas más cruentas y no parece haber la suficiente voluntad política para tomar medidas al respecto.
Este es, a grandes rasgos, el panorama que dibujan especialistas a la hora de describir la situación de la violencia de género en Uruguay.
En lo que va de 2022 hubo siete casos de asesinatos de niñas y niños en contextos de violencia de género, asesinados como forma de castigo para lastimar a la madre.
El denominador común para que las cifras de femicidio sigan en aumento es la falta de políticas públicas de género para la prevención y el combate a la violencia hacia las mujeres.
A pesar de que la mitad de los países de la región cuenten con ministerios de la Mujer o con leyes que tipifican los femicidios, en general los presupuestos para políticas de género tienden a ser bajos o inestables.
Los contextos de crisis sociales y económicas también contribuyen para acrecentar la violencia de género.
La campaña de la ONU para visibilizar esta grave problemática ha sido tomada por el Comité Latinoamericano de Mujeres de la UITA (Clamu) desde hace tres años como una bandera de lucha por la defensa de los derechos de las mujeres de la región.
Las afiliadas de la Rel UITA movilizan a sus organizaciones sindicales y sus comunidades desde el 25 noviembre hasta el 10 de diciembre para denunciar los diversos tipos de violencia de la que son víctimas en una agenda de acciones unificada que busca arrojar luz sobre un tema que desde la esfera política no se logra combatir.
Las trabajadoras del Clamu realizan talleres, volanteadas y marchas en sus respectivos países con el objetivo de generar conciencia y promover la prevención de la violencia de género, tanto en ámbito laboral como en el sindical.
Con información de: La Diaria, Página 12, El País de Madrid y Onu Mujeres